El F-22 nunca volverá a ser construido
No es la primera vez que ocurre y el problema es irresoluble. Simplemente no se puede volver a construir un F-22. Al menos no sin una gran inversión adicional en tiempo y dinero. El F-35 también adolece de grandes problemas relacionados con el mantenimiento. Tales desafíos solo agravan el dilema real de la USAF: no tener suficientes cazas de superioridad aérea para hacer frente a adversarios potenciales como Rusia y China. El problema surge por el hecho de que la cantidad total de aparatos F-22 Raptor de la Fuerza Aérea fue terminado al alcanzar los 187 aviones, menos de la mitad de los 381 aviones que los grandes estrategas consideraban necesario como mínimo para hacer frente a las amenazas de otros países.
La mayoría de altos mandos sueñan con la posibilidad remota de volver a producir el F-22. De hecho, el Raptor ha demostrado ser un avión de guerra formidable con su combinación única de sigilo, velocidad, maniobrabilidad, altitud y sensores. Es simplemente el mejor caza de superioridad aérea que Estados Unidos haya producido jamás y fue una decisión estúpida y miope poner fin a su ciclo de producción prematuramente.
Pero aunque a muchos dentro de la Fuerza Aérea les encantaría volver a ver el Raptor en producción, no es probable que suceda. El primer problema es que, si bien Lockheed y la Fuerza Aérea supuestamente hicieron todo lo posible para guardar con cuidado las herramientas y las instrucciones para construir el F-22, surgieron problemas cuando los equipos de mantenimiento intentaron encontrar y utilizar el equipo para reparar los aviones dañados.
El segundo factor a considerar es que la aviónica del Raptor estaba caduca incluso antes de que el avión fuera declarado operativo en diciembre de 2005. Si bien el Raptor es el avión de combate operativo más avanzado en el inventario de la Fuerza Aérea, su arquitectura informática se remonta a principios de la década de 1990. Los procesadores centrales funcionan a 25 MHz, porque llevó mucho tiempo que el caza pasase de la fase de diseño hasta la de producción. Además, el software del Raptor es particularmente problemático y difícil de actualizar, razón por la cual la integración de los misiles AIM-9X y AIM-120D en el avión ha sido tan complicada. La aviónica del aparato tendría que renovarse por completo para reiniciar la producción, no solo porque está obsoleta, sino también porque los procesadores antiguos del avión y otros componentes no se han fabricado en décadas. Esa sería una propuesta muy costosa en un momento en que los presupuestos de la Fuerza Aérea se están intentando reducir.
El tercer factor a considerar es que el diseño básico del fuselaje del F-22 se originó en la década de 1980. Se dice pronto, pero el Raptor ya es un avión entrado en años. Pronto llevará veite años en servicio. La tecnología es antigua: el sigilo, la propulsión, la aviónica y el diseño del fuselaje han recorrido un largo camino desde que se diseñó el F-22. Si la Fuerza Aérea invirtiera varias decenas de miles de millones de dólares en un avión, debe asegurarse de que esas tecnologías sigan siendo relevantes para las amenazas dentro de décadas. Para 2035, el Raptor habrá estado en servicio 30 años; la mayoría de sus sistemas estarán obsoletos para entonces.
Por ese motivo, es más que probable que la Fuerza Aérea nunca reinicie la línea de producción del Raptor. La tecnología está anticuada y es posible que el jet no sea relevante para el entorno de amenazas más allá de la década de 2030, especialmente si se considera que Rusia y China están trabajando sin descanso en aviones de sexta generación (Ver post dedicado a este caza de sexta generación).
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